Saramia: el velero con el que la familia Mora Conejero recorre el mundo

¿Te atreverías a comenzar una travesía dando la vuelta al mundo con tu familia? Jorge y María, los protagonistas de nuestro #TúDecides de este mes, no tuvieron ninguna duda a la hora de responder a esta pregunta hace poco más de tres años: ¡SÍ!

Esta pareja forma parte, junto a sus hijas Sara y Mía, de 6 y 4 años respectivamente, de la tripulación del velero “Saramia”. Esta es la historia de una pareja aventurera de Ontinyent, un pueblo de la provincia de Valencia, con un único sueño: un cambio de vida radical disfrutando al 100% de sus hijas en completa libertad.

El inicio de todo se remonta al año 2014, cuando Jorge se encontraba preparando el título de patrón de barco, realizando un trayecto Ibiza – Alicante. Durante el mismo, tuvo que hacerse cargo del timón in extremis ya que el instructor y otro alumno se sintieron indispuestos debido a la mala mar y le tocó realizar, a él solo, toda la travesía de noche y con el viento en contra.

Este acontecimiento le hizo replantearse lo que quería y, a los pocos meses, decidió que embarcaría a su familia en la mayor de las aventuras que podía imaginar: dar “una vuelta por el mundo”.

Jorge puso fecha a su plan: cuando las niñas fueran algo mayores (en ese momento ninguna superaba los 2 años) iniciarían el viaje. Junto a María, su mujer, decidieron que comprarían un barco lo antes posible y empezarían con los preparativos.

Su objetivo no es solo dar la vuelta al mundo. Tal y como dicen ellos: “si lo conseguimos bien, y si no también”. Su principal deseo es disfrutar del cambio de vida con sus hijas, aprendiendo de la experiencia y disfrutando de las sorpresas que les deparará el viaje.

El pasado septiembre comenzaron la travesía desde el puerto de Gandía y a través de Instagram y su blog, comparten con el mundo su historia. Una historia que merece la pena ser contada: por su valentía, esfuerzo y espíritu aventurero, esta familia es la protagonista de nuestro #TúDecides del mes de noviembre.

María, ¿cómo reaccionaste cuando Jorge, tu marido, te planteó semejante aventura? ¿Qué fue lo primero en lo que pensaste?

Pensé que estaba ¨loco¨, como es lógico. Mucha gente sigue pensando así. Pero como cada sueño de esta envergadura, ha de estar bien trabajado antes de llevarlo a cabo y el camino te va preparando para la aventura. Poco a poco yo me vi envuelta también en ese sueño y me fui dejando llevar por la idea de recorrer el mundo en familia en nuestro barco.

¿Qué supone vivir en un barco? ¿Cuáles son los pros y los contras?

Para mí lo bueno es, por ejemplo, que al tener pocos metros de vivienda reduces todo: la limpieza se hace en un momento, la ropa de la que dispones es poca comparada con la que tienes en casa, los juguetes de las niñas también son menos y organizan todo antes… Seleccionas y aprecias todo lo que tienes en el barco pues no dispones de nada más, y te das cuenta con el tiempo de que nada más se necesita realmente. La convivencia en un espacio reducido al contrario de lo que mucha gente pueda pensar no resulta agobiante, uno se adapta rápidamente al espacio, las que más pronto se adaptan a todos los cambios son las niñas.

Lo más maravilloso es poder tener tu casa hoy aquí y mañana allí. Despertarte en una nueva isla, un nuevo país. Es muy enriquecedor para todos. Un gran aprendizaje que se une a la experiencia de navegar lento, con el viento.

Como contra, yo destaco los momentos de navegación con mala mar, en los que las niñas y yo tenemos la mala suerte de marearnos, y pasas unas horas o días algunas veces realmente malos. Pero todo eso pasa, se olvida rápidamente y se suma como una experiencia más en la vida.

La educación de tus hijas es algo prioritario. ¿Cómo lo lleváis y que rutina seguís con ellas?

En nuestro caso, las niñas siguen matriculadas en su colegio de siempre, seguimos sus libros y tareas desde una plataforma online. Compartimos con el colegio vídeos hechos por ellas donde explican cada lugar, cada experiencia, y cosas curiosas vistas desde los ojos de un niño. Aprendemos mucho por ambas partes. Yo me encargo por supuesto de supervisar sus tareas aprendizaje. Destaco como positivo el que las niñas sienten ya curiosidad y necesidad de aprender inglés y francés rápidamente para poderse relacionar con los demás niños con los que juegan. Y ya se están produciendo cambios en su interés por aprender nuevas lenguas de una forma totalmente natural.

Atracar en lugares diferentes debe ser muy emocionante. ¿Qué factores os hacen elegir entre un destino u otro?

Nos movemos según las condiciones climatológicas. Si hace buena mar, navegamos y nos movemos a otros países y lugares. Primero, determinamos la duración de la estancia según la méteo y, después, según nos haya gustado más o menos el sitio, decidimos.  

¿Qué es lo que más echáis de menos de la “vida en tierra”?

De la ¨vida en tierra¨, nada. Realmente, aunque vivamos en el barco, tocamos tierra firme cada día (excepto cuando nos encontramos de travesía de un sitio a otro). Esto es como cuando viajas en avión, durante el trayecto te puedes dedicar a leer, escuchar música, montar vídeos de los viajes, jugar con las niñas, hacer manualidades con ellas, descansar echando una siesta…

Lo que de verdad se echa de menos es a tu familia y amigos sobre todo.

Pero para esto están las redes sociales que hacen que no perdamos contacto con ellos… nos sentimos acompañados por toda la gente que está siguiendo nuestro viaje, con sus comentarios nos animan a continuar.

¿Lograr dar la vuelta al mundo será el fin de vuestro viaje? ¿Cuál es el límite que os habéis puesto?

No se si esto es realmente un viaje con un destino en concreto y un final: para nosotros nuestro objetivo es conocer otros países en familia y disfrutar de la experiencia día a día. El camino nos irá diciendo hasta cuándo, o hasta dónde, seguramente. No hay límite, mientras podamos seguir remunerando nuestro estilo de vida.

A mi realmente lo que me gustaría sería llegar a enamorarme de algún lugar caribeño, donde poder dejar nuestro barco durante una temporada en un puerto y así lograr tener una vida unos meses en España y otros meses en el barco para siempre.

¿Cómo financiáis el viaje? ¿Tenéis marcado un límite de gasto para toda la aventura?

El viaje lo financiamos principalmente gracias al alquiler de nuestra vivienda principal y también mediante los ingresos pasivos de la pagina web www.importardechina.com que realiza la venta de cursos creados por mi marido y al mismo tiempo promociona links de otras empresas afiliadas. También realiza consultorías a sus clientes a través de Skype desde cualquier parte del mundo.

Y, por último, ¿con quién compartiréis un Ponche Caballero a vuestra vuelta para celebrar la hazaña?

Cada vez que volvamos a España de visita, lo celebraremos brindando con un Ponche Caballero con nuestros amigos y familia, sin duda.


Ponche Caballero es una marca fiel a su esencia desde hace más de 180 años. Siempre ha creído en sí misma, manteniendo las ideas claras, como Jorge y María, protagonistas de esta entrevista, quienes tienen muy claras sus metas y luchan día a día para llegar a ellas.

 

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