Anna Laromaine: una mujer española indispensable para la ciencia

Anna Laromaine es una mujer todoterreno con una motivación única: la de cambiar el mundo y ayudar a la sociedad a través de su trabajo. Investigadora, docente y empresaria, esta joven catalana cuenta con una brillante carrera científica. Ella es nuestra #MujerExtraordinaria de este mes.

Doctora en Química con la calificación más alta (summa cum laude), Anna ha trabajado con los mejores en su campo. España, Reino Unido, Corea del Sur y Estados Unidos son solo algunos de los países que han acogido sus investigaciones. En su trabajo ha sabido aunar tres disciplinas: la química, la biología y la ciencia de los materiales, ya que, como ella misma defiende, “trabajar en un solo campo limita las posibilidades de cualquier investigación”. 

Su principal objetivo es aplicar la “nanotecnología” y la ciencia de los materiales para crear soluciones que se puedan comercializar y, así, ayudar con ellas a la sociedad. Entre sus principales logros se encuentran el desarrollo de un sensor para detectar el cáncer o la creación de la empresa “OsmoBlue”, dedicada a la recuperación de energía a partir del calor residual.

A pesar de su corta edad, 39 años, Laromaine ha recibido varios premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, entre los que destacan el “Fem.Talent”, que valora la capacidad de divulgación y el talento femenino y el premio “Reach out!” que otorga la Sociedad Europea de Investigación en Materiales junto con el Instituto de Ciencia de los Materiales de Barcelona (ICMAB). Además, fue premiada en la “XI edición de los premios L´Oreal-Unesco For Woman in Science”, obteniendo una beca de investigación. Este 2017 ha sido elegida entre las “Top100 Mujeres Líderes” de nuestro país.

Laromaine nos ha concedido este mes de diciembre una entrevista para compartir con nosotros su testimonio de #MujerExtraordinaria.

¿Cuándo se da cuenta Anna Laromaine de que quiere ser científica?

La verdad, no tengo un hecho o fecha que pueda relacionar a partir del cual decidí ser científica. Creo que fueron pequeños detalles y personas los que me dirigieron hasta este interesante y excitante mundo.

Me gusta mucho Egipto, me fascina la cultura egipcia, me parece increíble lo avanzados que eran y cómo realizaron grandes construcciones y desarrollaron la escritura hace más de dos mil años. Estoy convencida de que esta fascinación por Egipto promovió mi curiosidad por investigar, ver mundo y conocer nuevas culturas.

Estudié química porque mi profesor en el Instituto de Bachillerato me transmitió su pasión por la ciencia y yo quería divertirme como lo hacía él. Luego empecé el doctorado en Química después de pasar un verano haciendo prácticas en la Universidad de Girona. Allí aprendí qué significaba la investigación. Me cautivó la posibilidad de sintetizar moléculas y caracterizarlas con múltiples técnicas para una aplicación final. Por supuesto, sin mi familia, en especial mis padres, sin su apoyo, dedicación y motivación en todo este tiempo, desde el punto de vista económico hasta el psicológico, nunca habría conseguido llegar hasta aquí. Ellos han sido mi pilar para poder avanzar. Realizar largas estancias lejos de casa a veces no es tan divertido como parece y sentir el apoyo de tu familia hace que sigas adelante.

En tus becas has conseguido importantes avances médicos. ¿Crees que hay algo que la ciencia no pueda conseguir?

Creo que el trabajo conjunto de ciencia y sociedad conforma la herramienta más adecuada para encontrar las soluciones que necesitamos. Así que, sí, creo que no existen límites, y que a base de esfuerzo y tenacidad la ciencia puede ayudarnos a avanzar muchísimo.

Por esta razón creo firmemente que la ciencia debería ser un objetivo prioritario en nuestro país. Nuestros dirigentes deberían apostar firmemente por la innovación y destinar fondos de forma más decidida a la investigación científica. Este tipo de inversión puede parecer de dudosa rentabilidad a corto plazo, pero siempre acaba por dar un retorno a la sociedad en mayúsculas en el medio o largo plazo.

Has vivido y trabajado en muchos lugares. ¿Cuál es tu “ciudad extraordinaria” personal?

Si tengo que escoger una ciudad, esta sería Boston. Es una ciudad muy especial, con un tamaño ideal, rebosante de energía y cultura, con grandes oportunidades, llena de retos, y con una idiosincrasia a medio camino entre americana y europea que la hacen única. Una ciudad que me trae muy buenos recuerdos, amistades y donde maduré muchísimo personal y profesionalmente.

¿Cómo hace una “Mujer Extraordinaria” para compaginar su faceta de investigadora, docente y empresaria?

Me defino como una persona tenaz, motivadora y con mucha entrega en lo que hago. Creo que en mi caso estas cualidades me han permitido llegar hasta donde estoy ahora. Creo que no piensas en cómo hacerlo, simplemente lo haces.

Con todo lo que has conseguido eres claramente una “Mujer Extraordinaria”. Pero ¿quién es para ti una “Mujer Extraordinaria”?

Mi abuela Teresa fue para mí una “Mujer Extraordinaria”; siempre con la sonrisa en la cara, sorteando las adversidades de la vida y llevando a su familia hacia adelante con mucho amor y trabajo.

Creo que hay muchísimas mujeres que, en su escala, en su trabajo o vida cuotidiana son “Mujeres extraordinarias”.

A nivel profesional, no soy una persona que idolatre, aunque los líderes de grupo junto a los que he trabajado durante las diferentes etapas profesionales de mi vida hasta ahora me han marcado positivamente. Creo que en cada uno de estos períodos ha habido al menos dos o tres personas que me impactaron, y en especial “mujeres extraordinarias” a las cuáles les sigo pidiendo consejo.

¿Te queda algún sueño por cumplir?

Lo cierto es que ir a trabajar a una universidad de prestigio de Estados Unidos supuso un gran reto y afortunadamente lo conseguí: trabajé en el MIT y en Harvard.  Durante esta etapa americana participé en el curso Science and Cooking de la Universidad de Harvard, donde grandes chefs de todo el planeta explicaban Física a los estudiantes de primer año a través de sus recetas. Facilitar el aprendizaje científico a través de nuestras recetas es una gran iniciativa y supuso una experiencia magnífica para mí. En una de estas clases, conocí al chef de El Celler de Can Roca, Joan Roca, quien también es originario de Girona, ¡un sueño!

Otro sueño que espero cumplir pronto es visitar Egipto. Me encantaría visitar la pirámide de Keops, guiada por expertos que me contaran su historia y misterios. También estoy ansiosa por descubrir si la tumba que han comenzado a investigar recientemente corresponde a la reina Nefertiti, ¿lo será?

A nivel profesional, mi principal sueño/empeño es facilitar la traslación de los nanomateriales que diseñamos en el laboratorio hacia su comercialización final para que las ventajas que ofrecen en los campos de la medicina y la cosmética puedan llegar a nuestra sociedad. Además, considero importante mantener siempre una sonrisa y una elevada motivación de los estudiantes que recibimos y formamos en el grupo mientras realizamos esta actividad … para mi este es un gran legado, estamos moldeando a los investigadores y agentes de cambio de nuestra sociedad.

Y para acabar, ¿con quién compartirías un Ponche Caballero?

Con mi familia y amigos, aquellos que con quien compartes tu día a día y te animan de manera constante. Ellos se merecen todo mi agradecimiento y tiempo de ocio.


Anna es toda una #MujerExtraordinaria gracias a un trabajo de investigación brillante en pro de conseguir mejorar la vida de la sociedad. Ella es, sin ninguna duda, una de las #MujeresExtraordinarias de nuestro país que a través de su trabajo y actitud huye de los estereotipos marcados por la sociedad y que, como Ponche Caballero, demuestra cada día que la calidad y el éxito están reñidos con un trabajo bien hecho. Laromaine es, junto al resto de #MujeresExtraordinarias de este 2017, representante del particular homenaje que Ponche Caballero rinde a todas las mujeres españolas que, por méritos propios, merecen ser reconocidas y tomadas como ejemplo.

Compartir:
facebook-logo-button twitter-logo-button