Desirée Vila, el futuro del atletismo paralímpico

Si a la deportista Desirée Vila le hubiesen contado, tras su última lesión grave, la fatal consecuencia que esta tendría en su vida personal y en su carrera profesional, no se lo hubiese creído.

Corría el año 2015 cuando esta joven pontevedresa, que se preparaba para el Campeonato Europeo de Gimnasia, sufrió una fractura de tibia y peroné en su pierna derecha. El traumatólogo que entonces la trató no supo ver la gravedad de su lesión, que desembocaría en una fatal noticia:  la amputación de parte de su pierna.

Desirée era como cualquier chica de su edad. Su día a día comprendía sus clases en el colegio con su entrenamiento en lo que ella define como “su pasión”: la gimnasia acrobática. La última rotura de la tibia y el peroné que sufrió, unida a una negligencia médica, propiciaron una operación urgente en la que la única solución fue cortar la parte inerte de la pierna.

Pero esta no es la historia de un caso de negligencia médica, esta es la historia de Desirée Vila, una guerrera con unas ganas de superación y de vivir envidiables.

Hoy en día, Desirée camina, estudia la carrera de Relaciones Internacionales, sale con sus amigos y ¡corre! Tras el accidente no tiró la toalla y probó distintas disciplinas, desde la natación al baloncesto. Fue en el atletismo donde vio una alternativa para volver a disfrutar del deporte. Ahora incluso compite en campeonatos europeos, donde está consiguiendo buenísimos resultados.

Además, la deportista publicó un libro titulado “Lo único incurable son las ganas de vivir que va ya por su segunda edición. Es una obra llena de mensajes de optimismo y de fuerza donde da una lección a todos los que no apostaron por ella.

Ella es nuestro #TúDecides del mes de febrero.

Desi, felicidades por ser un ejemplo de superación para tanta gente. ¿Qué pensaste cuando te dijeron que ibas a perder parte de la pierna?

Fue un momento muy duro y al principio dije que prefería morir. No era consciente de que se puede vivir sin una pierna y de que se puede llegar muy lejos con una prótesis, todo lo lejos que uno quiera. El proceso de recuperación fue largo y complicado, pero actualmente mi vida no la cambiaría por nada. Me considero una persona muy feliz, muy afortunada y muy activa, y valoro muchísimo más las cosas que antes del accidente.

¿Cuál fue el motivo que te impulsó a cambiar tu actitud y a afrontar la vida de forma tan positiva?

El ver que toda mi familia y mis amigos me apoyaban y no iban a dejar que me rindiese. Ellos me impulsaron a volver al deporte, que fue lo que me devolvió las ganas de vivir. El título de mi libro lo tengo también en mi prótesis deportiva, para darme cuenta de que el camino no ha sido fácil pero he conseguido seguir adelante tras un golpe tan duro como el que tuve que vivir con 16 años, y por ello creo firmemente que a partir de ahora nada ni nadie me va a impedir lograr todo lo que me proponga.

¿Por qué atletismo? ¿Qué te hizo darle una oportunidad a esta disciplina?

Porque tras llevar más de un año sin correr, cuando me pusieron en la ortopedia la prótesis deportiva y di mi primera zancada me di cuenta de que acababa de encontrar lo que faltaba en mi vida, lo que me llenaría aquel vacío que sentía desde que tuve que dejar la gimnasia acrobática. A partir de ahí todo ocurrió muy rápido: me llamaron de la selección española y en menos de 1 año ya estaba compitiendo en mi primer europeo. Ahora me estoy preparando para el mundial y mi sueño es competir en unos Juegos Paralímpicos.

¿Cómo es tu día a día en tus entrenamientos?

Normalmente, por las mañanas voy a la universidad y por las tardes entreno, físicamente, unas 2h30. Digo físicamente porque, como todo deportista de élite, le dedico también muchas horas semanales a cuidar aspectos muy importantes como es la nutrición, la psicología deportiva y a la recuperación con un fisioterapeuta, estiramientos y baños de agua fría. Todo eso es esencial para el alto rendimiento. Mis entrenamientos se suelen dividir en dos; el trabajo en el gimnasio para fortalecer los músculos y el trabajo de técnica y series en pista. Además, también tengo un entrenador de biomecánica para tratar de compensar la desigualdad entre la pierna y el muñón.

En tu libro nos cuentas tu historia y das ánimo a todo el que lo lee. ¿Qué buscabas escribiéndolo? ¿Por qué su título (“Lo único incurable son las ganas de vivir”)?

Se titula así porque es una frase muy especial para mí ya que el momento en que una enfermera me la transmitió estando en la UCI es una de las poquitas cosas que recuerdos de esos días tan complicados en el hospital. Empecé a escribir sin pensar en publicar un libro, solo como ejercicio de autoayuda y para desahogarme cuando tenía días más difíciles. Al final, como lo había enfocado de manera positiva, explicando mi recuperación y cómo había conseguido superar esa piedra en el camino, decidí animarme a publicarlo, porque pienso que sólo conque a una persona le haya ayudado a ver las cosas de otra manera y seguir adelante afrontando sus propios problemas, ya me ha valido la pena todo el esfuerzo y el cariño que he puesto en el libro.

Y, para terminar, ¿con quién compartirías un Ponche Caballero?

¡Es muy difícil escoger a una sola persona! Pero creo que lo compartiría con la deportista Susana Rodríguez Gacio, campeona del mundo de paratriatlón. Es un referente para mí y todo un  ejemplo a seguir, y, además, gallega como yo ¡Aunque los deportistas no debemos beber alcohol!


Ponche Caballero es una marca fiel a su esencia desde hace más de 180 años. Siempre ha creído en sí misma, manteniendo las ideas claras, como Desirée Vila, protagonista de esta entrevista, quien supo dar un giro a su vida y reinventarse a pesar del duro varapalo sufrido.

 

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